Judías verdes a la japonesa

Judías verdes a la japonesa

Hay acompañamientos que se quedan huérfanos cuando se presentan a solas y hay otros que desmerecen a los protagonistas del plato y piden un espacio propio. Como estas judías verdes  que nos trajeron Risko

Gambones al horno

 

Este suculento entrante-primer o segundo plato- aperitivo de lujo-complemento exquisito -salva  imprevistos- se lo debo a mi cuñado, que es muy apañao. 

Tortitas a la parrilla

Bacalao confitado

No hay Semana Santa sin bacalao así que vamos a continuar la tradición pero con un toque moderno: confitándolo. Es decir, cociéndolo lentamente en aceite a baja temperatura. Si consigues un buen bacalao fresco, lograrás un sabor y una textura sorprendente.

Bizcocho envasado

Esta receta está dedicada a aquellos locos obsesionados con las conservas y con los dulces, grupo en el que me resulta fácil inscribirme.

Hojaldre de espinacas

Este crujiente pastel es una añoranza de los spanakopita griegos, unas empanadas de espinacas y queso realizadas con masa filo que se encuentran en las panaderías y tabernas.

Magdalenas de calabaza

Una versión especial de las magdalenas otoñales, cuando las calabazas empiezan a devolver el sol recogido en el verano y ya no sabemos qué más podemos hacer con ellas.

Panettone

Sin duda uno de los mejores regalos de la Navidad internacional, un pan dulce y suavemente aromático como solo los italianos saben hacer. No es fácil, pero para eso estamos aquí dispuestos a desafiar tu instinto panadero. Lo que vas a necesitar, además de saber mirar una masa fermentando con buenos ojos, es paciencia, un poco de paciencia.

Bacalao con pisto

Otro plato estrella de la temporada: desde la primavera ocupa un lugar prioritario en nuestra mesa y todavía no nos hemos cansado de disfrutarlo. Además de todas las bendiciones que reúne el bacalao, este plato permite hacerlo al modo gastronómico, en plan cuidado, cocción lenta, mimo en el acompañamiento y entusiasmo en la confección o resolver una agonía cuando cuentas solamente con quince minutos para preparar algo digno que llevarte a la boca.

Galletas de aceite y naranja

Desde hace unos meses se han vuelto imprescindibles en mi vida. No sé vivir en ellas: se me acaban y las vuelvo a hacer, necesito tener siempre una reserva disponible. Jamás pensé que caería rendida por unas galletas tan poco glamorosas, pero es que lo tienen todo: son ricas, saludables, duraderas, mediterráneas, mantienen el buen tipo varias semanas (lo sé porque se me olvidó una en un bolsillo y estaba en su punto) y son fáciles de hacer. Si no lo crees, pruébalas. No te voy a insistir.